Ser productiv@ no tiene nada que ver con estar ocupad@ en estar ocupad@, ser productivos es encontrar el tiempo, saber que hacer con él, comenzar y terminar con lo que tengamos por las manos. Entonces es lógico pensar que la receta para la productividad ( cotidianamente o creativa) pase por la claridad.
¡Huston tenemos un problema! ¿Qué pasa si no somos productivos precisamente porque no tenemos claridad? ¿Qué pasa si vamos de instagram a facebook, pasando por poner la lavadora, salir a hacer la compra, volver a leer el informe por tercera vez, pero antes de acabar leo dos notificaciones y ya es hora de cenar?
Pues que aquí no hay ni fase productiva ni fase de descanso de inspiración: esto es perder el tiempo y estresarse. «Y lo sabes» – dice Julio Iglesias apoyado en la estantería del salón.
Miles Davis, el famoso trompetista jazz, decía que si lo que haces no tiene ritmo entonces no tiene sentido. Para nosotros los humanos el ritmo es inspirar y exhalar, traducido en productividad es empezar y acabar.
Todo lo que no tiene ritmo, que se deja a medias, que se aplaza, lo hago mañana, ahora no, nos saca de nuestro sentido y sin sentido no hay productividad ni inspiración. Este es el secreto del éxito del método Marie Kondo, empieza a ordenar, pon un ritmo, pon espacio entre camisetas y calcetines y por arte de magia, esto hace que vuelvas a pillar el ritmo en otras áreas de tu vida. Pues, aplicando la marikondería a nuestra agenda sería:
¿Qué tengo a medias inacabado? Siendo honest@ ¿lo haré o no?
¿Qué quiero comenzar? Siendo honest@ ¿De verdad me interesa o es un debería?
Con lo que ahora sé que sí quiero acabar o empezar: ¿Qué es urgente? ¿Qué es importante? ¿Qué me importa más?
Aquí viene el paso final, ponte con lo urgente enseguida y sigue el ritmo con los demás.
Otra idea para volver a coger el ritmo con la productividad vs el aburrimiento del hacer por hacer sin interés, son las manualidades. Comienza y termina un dibujo, cocina un a tarta, escribe un post en tu blog ( jejejeje), cambia la maceta a esa pobre planta del balcón… Al final la abuela lo tenía todo bajo control: cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa; lo que empiezas se ha de terminar y no hay mejor satisfacción de un trabajo bien hecho. Miles Davis también está contento, porque hemos encontrado un ritmo y volvemos a darle sentido a lo que estamos haciendo.
Mi tarea como creative coach y ayudarte a coger el ritmo para que bailes al son de tu creatividad y seas muy muy productiv@ con la materialización de tus sueños. Sigue este Blog, para más tips de creatividad conecta en el formulario para coaching 1:1