Ayer recibí una llamada de una amiga, es una mujer impresionante, inteligente, exitosa luminosa y llena de altruismo. Ayer los miedos le atacaron y estuvimos un rato charlando y tomando un te con ellos, hasta volver a ver La Luz y su mensaje. Las sombras son partes de nosotros mismos que necesitan ser atendidas y decir su punto de vista, por supuesto cuando llegan su energía es «tanta» que no siempre les abrimos la puerta de primera y suelen ofenderse… con tanto porrazo en la entrada de nuestra mente y miedo a lo que pueda querer entrar, organizamos sin querer la estrategia de evitación por el miedo al miedo.
Una de las cosas importantes que salió de esta charla fue que aquí en España estamos atravesando la barrera de los 22 días de confinamiento y este periodo de tiempo, refiriéndose a un proceso de cambio como el que estamos viviendo, tiene su explicación científica. Según las últimas investigaciones de la London College University necesitamos bien 66 días para afianzar un cambio de hábitos, pensamientos o patrones de conducta.
Los primeros 22 días son para debilitar la fuera del circuito neuronal relacionado a un determinado patron. Después de este periodo, como para un mochuelo que deje de entrenarse, la respuesta automática a esa forma de vivir merma. Por ello son necesarios otros 22 días en los que se entrena una nueva conducta deliberada. Después de ellos tendrémos los últimos 22 días necesarios para que la mente automatice la nueva conducta y pase a ser una habilidad inconsciente.
Lo que nos ocurre es que, pasado estos 22 días de confinamiento hemos dejado desenfrenar varios hábitos ( qué igual es un bien), pero en la frontera entre la fase de «debilitación» y la fase de «implementación»… si no redirigiros e insistimos a frustrarnos, es posible que nos asalten muchos miedos. Es una manera de querer re-establecer la normalidad y cómo no se puede el cerebro dispara sus alarmas. Aunque no lo hemos deseado, estamos bailando la rumba del cambio, y ahora empieza la fase de ponerse nuevos desafíos, implantar costumbres sanas, aprender, aportar novedad en nuestro manantial sináptico. Y con esto el ansiedad existencial se va a tranquilizar. El remedio para la angustia es, eso serio no bromeo, que te pongas a crear! Aunque sea una tortilla con patatas, mejor si es una nueva receta… ahora más que nunca aprovecha para re-inventarte y proyectar cómo quieres que sea tu mundo, cómo quieres sentirte en tu mundo, es el momento de ponerse fuerte…dentro. Te dejo unas ideas-recurso gratuitas:
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Un video de música wingwave. Es para relajar y reorganizar el cerebro pero lo tienes que escuchar con cascos ¿si? También, puedo acompañarte con una pequeña intervención de coaching wingwave online, si hay temas emocionales que no se van solos, en caso escríbeme: anaskafischer@gmail.com