– Es imposible reírse y sentir miedo a la vez – dicen los chamanes. Lo mismo ocurre con el odio y el amor. La Luz de una pequeña vela es capaz de disipar una gran oscuridad. Por ello, la auto ironía es el arma de la protagonista de El Tótem del Alma, mi última novela acerca de cómo hacerse amigo de los propios miedos. Resulta difícil hablar del propio libro y de si mismo, pues hoy os dejo con el prólogo de Sara Sender que os comenta mi libro.

«En el libro Dune de Frank Herbert, cuando la Reverenda Madre se dispone a ejecutar la prueba para saber si Paul, el protagonista, es el elegido, este recuerda la letanía contra el miedo de su linaje. Entre otras cosas dice: Afrontaré mi miedo, dejaré que pase sobre mí y a través de mí… Y efectivamente, eso le ayuda a mantenerse firme frente al dolor. 

Hace unos años conocí a una mujer boliviana que me dijo — Vosotros tenéis miedo del miedo, pero yo, cuando lo huelo, corro hacia él. Me la imaginaba con los brazos abiertos avanzando hacia algo invisible, como con ansia de encontrarlo, casi fascinada por lo desconocido, como una Julie Andrews en Sonrisas y Lágrimas, pero esta vez cantando The Sound of Fear. 

También tengo grabada en la mente la última foto de David Bowie antes de morir. Es maravillosa. Está guapo y elegante como siempre, con una sonrisa de oreja a oreja y dando un paso hacia adelante. Además no lleva calcetines, a pesar del traje y la corbata, como si quisiera confirmar que sigue siendo un rebelde aunque intente aparentar que es formal. Esta foto, además, es especialmente hermosa porque sabía que iba a morir y parece que dar ese paso al otro mundo le resultaba divertido. Seguramente en algún momento tuvo miedo de lo desconocido, pero parecía avanzar hacia ello con curiosidad y una cierta alegría.

Dicen que no es valiente quien no tiene miedo, sino quien a pesar del miedo va hacia él.

Y todo esto viene a mi mente porque Silvia Anaska nos propone, esta vez,  una aventura chamánica para diseccionar esta emoción tan humana.

Si algo nos caracteriza a las personas es el miedo. No conozco a nadie que no lo haya sentido en alguna ocasión, más bien, parece un compañero habitual en nuestro camino por la vida. Huir no sirve de nada, siempre te encuentra, en cambio dejar que te traspase, como dice el linaje de las Bene Gesserit, puede ser uno de los aprendizajes más valiosos y alimento para la fortaleza interior.

Pero no se lleven a engaño. En este libro no van a encontrar un texto trascendental y sesudo, más bien al contrario, una de las características de la autora es que es capaz de hacer llegar pensamientos profundos de una forma sencilla y, en este caso, hilarante. 

Podríamos filosofar sobre el miedo, pero no hay nada mejor que escuchar a una gallina interior para servírnoslo de primera mano.

Como en una pesadilla japonesa de Amelie Nothomb, la protagonista se encuentra, sin proponérselo, en una actividad de empresa que le desborda. A mi entender, uno de los ejes primordiales para el bienestar es la salud empresarial. Si miramos alrededor es muy fácil encontrar historias de personas hartas de su trabajo, desanimadas o enzarzadas en luchas internas de competencia o envidia con sus compañeros. Dado que pasamos trabajando gran parte de nuestro tiempo, resulta triste pensar que todas esas horas se desperdician con la desmotivación, la desidia o la crítica. ¿Cómo podemos sentirnos bien, al llegar a casa, después de llevar toda esa carga encima?

Imaginen una sociedad donde a la gente le gustase ir a trabajar, se sintieran relajados con sus compañeros y les diera satisfacción hacer su trabajo bien hecho, pues este se reconociera por todo el colectivo. ¡Qué diferente sería todo! Actualmente algunas empresas también proponen actividades de Team Building en el exterior, para lograr esa cohesión de grupo de las personas que pasan tantas horas de su vida juntas. Y con esto juega Anaska Fischer.

La empresa Herber & Herber propone a sus empleados unos días en el exterior. Allí van a pasar muchas cosas que nadie se espera. Van a haber transformaciones importantes y vamos a darnos cuenta de que, a veces, las cosas no son lo que parecen y hay que aprender a abrir la mirada para poder ver más allá de nuestras narices.

Es tan real y tan humano lo que ocurre en esta historia, que estoy segura de que todos los lectores se sentirán identificados en algún momento. A través de los personajes, quizás se atrevan a abrir una parte de ustedes que mantienen guardada y se permitan ser vulnerables, como todos estos empleados metidos en esta aventura singular.
Tienen la oportunidad de experimentar esta experiencia chamánica cómodamente sentados en sus casas. Porque algo que también caracteriza a la autora, es su capacidad de meterte dentro de sus lugares inventados y hacértelos vivir como si fueran tuyos. Y de repente, no te das cuenta cómo y andas metida en una cueva con los ojos vendados, escuchando voces internas que no sabes de dónde vienen.

Las experiencias de crecimiento personal grupales tienen una belleza singular. Atravesando el dolor se acaba respirando el alma, y cuando puedes mirar a los otros desde ese lugar, las fronteras se diluyen y se crea hermandad incluso entre absolutos desconocidos. Quienes hayan participado en alguna saben de lo que hablo. Los que no, tienen la posibilidad de acercarse a ella a través de este libro y, quizás, animarse a vivir una en primera persona.

Así que relájense y disfruten de este paseo lleno de voces trascendentales y divertidas. Reír aprendiendo, qué más se puede pedir.»

Sara Sender psicóloga, hipnoterapeuta y escritora.

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