No creas a nadie, tampoco te creas a ti mismo. Lejos de ser un consejo pesimista y desconfiado, con este acuerdo Don Miguel Ruiz, nagual tolteca, nos ayuda a recordar el poder del auto reflexión.
Cada persona es un mundo, con su propia visión de la realidad según sus creencias, experiencia y conocimiento. Lo que llamamos realidad en nuestra cabeza, es muy poco real, es un punto de vista sobre la realidad, o como dicen los chamanes: una descripción del mundo. Lo que tenemos «CLARO», nuestra supuesta claridad, puede ser un espejo humeante, un espejismo y una ilusión creada por nuestra mente o el reflejo de el espejo distorsionado de otros. En este sentido Don Juan, el maestro de Carlos Castaneda, sugería que la CLARIDAD es el primer obstáculo en el camino del guerrero. La claridad no es un estado, es la revelación que se da en el momento presente, ahora. Lo que tenemos claro porque lo sabemos, puede ser cierto o puede ser un conocimiento que da por sentada la realidad de una situación.
Por esto no te creas, ni creas a nadie. En el sentido de dejar la puerta abierta a una mirada fresca sobre las cosas, como un científico de la realidad, o mejor un explorador que se asombra mirando como la realidad cambiante se dibuja, cada día. El sol sale todos los días, pero eso no hace que todos los días sean iguales. Este acuerdo invita a no dar por sentado nada, a no tomarse personalmente el intercambio de información que recibimos de quienes nos rodean. Para funcionar, nuestra conciencia tiene que descontar mucho material de la información que percibimos, entonces creamos una descripción aproximada de la realidad, filtrándolas a través del sistema de creencias. Y ¡Cada uno es un mundo!
La tarea de un hombre o mujer en el camino del guerrero espiritual es cultivar la presencia y la escucha en el ahora. La información importante que intercambiamos va más allá de las palabras, de las historias que nos contamos. De hecho las palabras son símbolos que nos ayudan en la comunicación, pero sólo el 5% de la comunicación llega con la palabra. ¡Imagina, solo el 5%! El resto es no verbal y para escucharlo necesitamos aprender a percibir porqué lo no verbal lo sentimos en el momento, allí está el mensaje, detrás de las palabras, de la narrativa que fabricamos para describir y compartir.
En relación a ti mismo, no creerse significa desapegarse del dialogo interior y acostumbrarse a sentir. Si sientes, sabes y no necesitas repetir en la cabeza con palabras la descripción de cómo te sientes, porqué al describirlo puede que empieces a montar una historia y las palabras crean magia, tanto de la buena como de la que confunde.