Casi llegamos al final del viaje de Intuitarot con el arcano XX LE· IUGEMENT o El Juicio como se le suele llamar.
Según mi experiencia con las lecturas del Tarot esta lámina se gana, segunda después del arcano XIII, el premio del – no gustar. Quizás sea por el nombre, el juicio, quizás sea la tumba o los dos personajes embelesados en vete a saber cual secta religiosa.. Una vez más el tarot nos demuestra lo bueno que aceptando proyecciones, como si se tratara de un espejo de nuestros gustos, preferencias y contenidos mentales-emocionales.
En realidad El Juicio, es una carta de renacimiento, de éxito en la transmutación de uno mismo, del encuentro con la propia vocación, con lo que nos permitirá estar plenamente vivos y no zombies viviendo la vida y las expectativas de otros. Una de las posibles interpretaciones de esta carta es el abandono de nuestro rol o mascara ( en el seno de la familia o de una estructura) y el nacimiento de nuestra autenticidad. Sería la liberación del proyecto parental o familiar impuesto por las expectativas de nuestro árbol genealógico, y el nacimiento del verdadero sentido y propósito vital. Por fin dejamos atrás todo el drama de «papá y mamá», soltamos la identificación con el niño herido y empezamos a seguir un propósito mayor resonando con la música celestial de nuestro destino.
En las tradiciones chamanicas el iniciado tiene que morir antes de poderse trasformar en chamán, tiene que dejar su identidad mundana en la tumba y aprender a tocar su tambor en sintonía con las leyes del universo. Así siendo activo-receptivo, el chaman fluirá con la información que aprenderá a leer entre las lineas del mundo, entre lo sólido y lo energético, siempre atento al momento presente.
No acuerdo donde leí un curioso comentario al nombre LE IUGEMENT, pero el autor, jugando con las palabras transformaba el nombre del arcano en justa mente, justo momento. Es decir que el autor se refería a que cuando nuestra consciencia se despierta, opera de forma correcta, en el momento correcto, de la manera adecuada, respondiendo en armonía con el resto de sí misma.
Entonces ¿Que juicio? ¿Que juzgar? Ningún juicio, sino la celebración que por fin, uno ha llegado justa-mente donde ya estaba y no se daba cuenta, allí mismo, en sí mismo. Como una serpiente sin su piel vieja que de repente descubre que sus escamas eran plumas y que puede salir volando como un dragón. Eso hacen los chamanes supongo, darse cuenta: justamente.
Para pasar a ejercicios…un poco difícil: me temo sea una maduración que no se pueda provocar, sin embargo si te haz tomado la molestia de hacer los ejercicios y responder a las preguntas de los pasados post, puedes releer tu trabajo y tal vez te des cuenta de que alguna piel de hace un mes ahora ya no esté contigo, de que tu intuición está mostrando sus plumitas. Nada de preguntas pues…te animo a una panorámica, antes de la próxima carta: ¡nos vemos en el mundo!